La sobre explotación del planeta está aumentando por el crecimiento de la población, pero “también por sus demandas, que van en aumento debido a una creciente clase media y a los patrones de consumo establecidos”
Madrid. – La sequía “puede ser un asesino silencioso” porque no habrá producción agrícola, no habrá agua para beber y no habrá vida porque incluso los animales salvajes morirán, asegura el secretario ejecutivo para la Convención contra la Desertificación de Naciones Unidas (Unccd), Ibrahim Thiaw.
En una entrevista con Efeagro en el marco del Día Mundial de la Desertificación, que se celebra este miércoles 17 de junio bajo el lema “Alimentos, forrajes y fibras”, el secretario de la ONU afirma que “los recursos se están agotando en el planeta”.
Señala que la sobre explotación del planeta está aumentando por el crecimiento de la población, pero “también por sus demandas, que van en aumento debido a una creciente clase media y a los patrones de consumo establecidos” que señalan que se necesita “cada vez más”.
“El balance entre necesidades y lo que el planeta puede afrontar de nuestras demandas es uno de los grandes retos actualmente”, añade Thiaw, quien argumenta que, según datos de la Unccd, “se ha transformado el uso de más del 70 % de ecosistemas naturales”, cifra que podría alcanzar el 90 % para 2050.
La media entre lo que se necesita y lo que el planeta puede afrontar implicaría “racionar” la forma de consumir, reducir el desperdicio de alimentos y la cantidad innecesaria de recursos que se explotan, lo que disminuiría el impacto sobre la Tierra.
Lecciones tras la covid-19
“Necesitamos un nuevo contrato social con la naturaleza”, sostiene, y añade que “la pandemia ha venido de la destrucción de los ecosistemas y la deforestación”, de cómo se explota la tierra, de cómo se alteran los espacios de los animales salvajes que “han contaminado a los humanos”.
Subraya Thiaw que los planes de recuperación por el coronavirus deben tener al medio ambiente en el centro de las decisiones, porque lo contrario implicaría un “grave error”.
En su opinión,“hay muchas lecciones” que aprender de esta pandemia covid-19 como, por ejemplo, que hay que cuidar la Amazonía, pero también los bosques en África o Asia.
Sobre la deforestación en la Amazonía brasileña, la mayor en once años hasta el 2019, según datos del Gobierno de Brasil, Thiaw recuerda que “los recursos de la tierra, de los bosques, del agua y la biodiversidad están al límite”, y, por lotanto, es necesario saber las consecuencias de las decisiones que se toman al respecto, “da igual cuál país sea”.
En relación con los monocultivos, asegura que “en cualquier lugar representan un peligro” por la “pérdida de biodiversidad y hábitats con sistemas muy complejos”, solo para “satisfacer las necesidades de sectores concretos”.
Desde la Unccd, piensan que es “mucho mejor basar las decisiones en informes de la ciencia, que dirá qué es lo mejor para la economía o el crecimiento y para las comunidades, y no basados en los intereses de una organización o empresa”.
Thiaw también se muestra convencido de que “será posible” la construcción de la Muralla Verde en el Sahel, con el objetivo de restaurar cien millones de hectáreas de tierras degradadas en el norte de África para 2030, que ayudarían a secuestrar 250 millones de toneladas de carbón y crear 10 millones de puestos de trabajo.
Asegura que “sino se implementa el programa”, aumentará “la migración desde esa región, así como los problemas de seguridad por los recursos de la tierra y el agua, como ya está sucediendo”.
Con información de: Efeagro