Marcel Morales Ibarra advirtió sobre la necesidad de contar con una ley de suelos para limitar el uso de determinado tipo de insumos agrícolas
Redacción Agro Orgánico
México. – En México se habla de que entre 60 y 70% de los suelos agrícolas están degradados, pero si atendemos la pérdida de vida microbiana encontramos que 100% están enfermos, en mayor o menor medida, ya que la diversidad microbiológica y la calidad de vida de los microorganismos define el estatus de suelo y cuando se rompe este equilibrio estos enferman, advirtió el especialista en temas agrícolas, Marcel Morales Ibarra.
Por lo anterior, consideró “apremiante” cambiar los paradigmas actuales de análisis de éstos, actuar con políticas públicas y legislar para que la renta de terrenos agrícolas, que abarca 60% de la superficie cultivada, no se traduzca en contaminación y esterilidad de la tierra.
En el marco del Día Mundial de los Suelos –celebrado el 5 de diciembre– advirtió que el acelerado proceso de suelos enfermos se debe a la renta de tierras en el norte del país. Por ejemplo, explicó, los suelos del valle del Yaqui y Mayo son los más degradados que existen porque 100% de superficie es arrendada y no existe ningún concepto de conservación o prácticas que ayuden a reducir este daño.
Asimismo, los suelos de Sonora y Sinaloa están más enfermos que los de Chiapas, porque el uso de agroquímicos es más intensivo, agregó el también director de Biofábrica Siglo XXI, que promueve el uso de biofertilizantes.
Por lo anterior, Morales Ibarra manifiesta la necesidad de contar con una ley que permita frenar este proceso de degradación de suelos, que limite determinadas prácticas que afectan los suelos o el uso de determinado tipo de insumos agrícolas.
“Debemos romper los paradigmas sobre los análisis de suelos y la vida de éstos tiene que definirse como sana o enferma. Si atendemos al problema de la microbiología de suelos, estamos hablando de que prácticamente cien por ciento de los suelos agrícolas ya están enfermos. Hay muchos microorganismos que ya desaparecieron y existen desequilibrios en cuanto a la cantidad que debe haber. Hay una ruptura de este equilibrio y ello genera un medio de cultivo para la proliferación de patógenos”, apuntó.
En este sentido, comentó que en Michoacán hay miles de hectáreas de berries que ya no se siembran por problemas de fusarium, se rompió el equilibrio y hay problemas de alta patogenicidad por la presencia de este microhongo.
Ante este escenario, Morales Ibarra ejemplificó que todos los suelos del país tienen fósforo no disponible, que puede ser liberado con biofertilizantes, que propician que éste se pueda solubilizar y hacerlo disponible para la planta.
El reto –dijo– es hacer disponible lo no disponible, ya no necesitas más químicos solo hay que analizar la estructura de vida de suelo y como hacer más eficiente la solubilización de fósforo o nitrógeno.
Además, Morales Ibarra consideró muy importante entrar en un proceso de certificación de suelos agrícolas, ya que el uso de microorganismos incrementa la diversidad de flora microbiana, cantidad de microbiología del suelo y capacidad carbonización del suelo, que significa incrementar la capacidad que tiene los microorganismos del suelo para capturar bióxido de carbono de la atmósfera y fijarlo en la estructura del suelo. Esto –apuntó– lo permiten los biofertilizantes.