La utilidad de la cebada maltera podría aumentar alrededor de 55% con el uso de bioinsumos
Redacción Agro Orgánico
México. – Debido a la importancia de la agroindustria cervecera nacional –que exporta más de tres mil millones de litros anuales– y la perspectiva de que su demanda se incremente en 50% durante los próximos 10 años, especialistas evalúan los resultados cuantitativos y cualitativos de la producción de cebada con el uso de bioinsumos.
Al respecto, el director de Biofábrica Siglo XXI, Marcel Morales Ibarra, recordó que la industria cervecera en México hoy se abastece casi en 100% de la producción de cebada nacional, con el reto de seguir con esta proveeduría hacia el futuro.
Por ello –agregó–una preocupación de esta agroindustria es el incrementar la oferta nacional del grano, manteniendo un precio competitivo en el mercado nacional, que también resulte atractivo para los productores, en términos de utilidad.
En la búsqueda de alternativas para mejorar la proveeduría nacional, abastecer a la agroindustria de la cerveza en su expansión internacional y mantener la autosuficiencia del grano, Biofábrica Siglo XXI tuvo acercamiento con el asesor técnico regional de la empresa Grupo Modelo, para darle seguimiento al cultivo y evaluar resultados cuantitativos y cualitativos de la producción de cebada con el uso de bioinsumos.
Para ello, estableció parcelas de cebada en el estado de Zacatecas, donde se utilizó el paquete tecnológico recomendado por la firma cervecera y un tratamiento igual, pero con la mitad de la dosis del fertilizante recomendado, aplicando biofertilizantes elaborados con microorganismos benéficos que fijan nitrógeno atmosférico, solubilizan nutrientes del suelo, estimulan la producción de fitohormonas y controlan patógenos.
De acuerdo con Morales Ibarra, el tratamiento con biofertilizantes se realizó un mes después de la fecha de inicio de siembra, cuando ya está desarrollado el sistema radicular, lo cual –explicó– permite aprovechar más la fertilización química.
El experto en bioinsumos recordó que en México se siembran alrededor de 350 mil hectáreas de cebada, con una producción anual de más de un millón de toneladas (t), lo que significa que el rendimiento medio es inferior a 3 toneladas por hectárea (ha).
Al final del ciclo, el personal técnico del Grupo Modelo y de Biofábrica Siglo XXI hallaron que el testigo registró un rendimiento de 5.6 t/ha; mientras que en el tratamiento con 50% de la fertilización más los biofertilizantes fue de 5.9 t/ha; es decir un incremento del 5%.
Marcel Morales destacó que lo más sobresaliente fue el análisis de costos de producción, donde el testigo tuvo un costo de 21,800 pesos por ha y con el biofertilizante de 17,800 pesos, es decir, los costos de producción disminuyeron 20%, respecto al testigo.
El resultado fue una utilidad neta del productor de 10,200 pesos por ha en el testigo, frente a 15,800 pesos con biofertilizante, lo que se traduce en un incremento del ingreso neto del productor del 55%, lo que hace más atractivo el cultivo de la cebada frente a otros cultivos.
Calidad de grano
Otro aspecto relevante es que la calidad del grano se mantuvo. En ambos casos se recibieron 520 pesos por tonelada como sobreprecio, es decir no hubo deterioro en la calidad que demanda la industria.
De acuerdo con Biofábrica Siglo XXI, En el cultivo se empleo la variedad Abi Voyager, de dos hileras, que tiene características más favorables para la industria de la cerveza, pero el inconveniente de que su ciclo vegetativo es de 20 a 30 días mayor que la tradicional de seis hileras.
Sin embargo, en la parcela, con biofertilizantes, esta variedad registró un acortamiento del ciclo vegetativo, lo que disminuyó dicha desventaja. Asimismo, tampoco fue necesaria la aplicación de insecticidas, ya que no se registro presencia del pulgón.
También, la vida microbiana del suelo se incremento 10 veces respecto al testigo; los grupos funcionales de bacterias, como fijadoras de nitrógeno, solubilizadoras de fósforo y estimuladoras de crecimiento, aumentaron en igual o mayor proporción, así como la estabilidad de agregados del suelo –que permite retener más agua y nutrientes– se incrementó en cerca del 20%.
“La aplicación de estas tecnologías basadas en bioinsumos son importantes para que el abasto de cebada siga siendo nacional y no transiten el camino de otras grandes agroindustrias mexicanas, como las procesadoras de maíz, trigo o sorgo, que cada vez incrementan más su proveeduría del exterior”, apuntó Marcel Morales.