“Deberíamos medir el éxito del Estado de Bienestar en función de cuántas personas logran salir de los programas de asistencia social… No en función de cuántas se incorporan a ellos». Ronald Reagan
Por Javier Delgado Mendoza*
Todos los habitantes de un país, sean personas fisicas o morales, desean el desarrollo económico de su Estado, porque implícitamente trae todos los beneficios de un crecimiento y bienestar para sí mismo.
Todos los que estamos de manera directa o indirectamente relacionados con el sector rural, (entendido como el sitio, entorno o ecosistema, donde viven hasta 50 mil habitantes) deseamos que éste tenga un desarrollo, no sólo económico sino integral, entendido como el mejoramiento del bienestar de la población rural y el incremento de los niveles de producción, empleo e ingreso, con base en una mayor participación de las comunidades rurales.
El desarrollo rural integral está definido en el artículo 27 constitucional como un «…propósito (del Estado) de generar empleo y garantizar a la población campesina el bienestar y su participación e incorporación en el desarrollo nacional, y fomentará la actividad agropecuaria y forestal para el óptimo uso de la tierra, con obras de infraestructura, insumos, créditos, servicios de capacitación y asistencia técnica”.
Es decir, que las personas físicas o morales legalmente constituidas, prioritariamente dedicadas a las actividades agrícolas primarias y aquellas que realicen procesos de transformación, eleven sus ingresos, teniendo un mejor nivel de vida.
Por lo tanto es un proceso que debe medirse para saber cómo pasaron desde “abajo” hacia “arriba” en su evolución las unidades económicas (son personas naturales o jurídicas que realizan actividades de producción, intermediación o consumo); para el caso del medio rural son Unidades Económicas Rurales (UER) quienes realizan actividades económicas en dicho entorno.
En resumen, todos en el medio rural buscamos que la unidad económica logre su desarrollo pasando a tener cada día un mayor nivel de ingreso, cambiando desde el nivel de subsistencia a un nivel empresarial.
Financiamiento para el desarrollo
A pesar del potencial natural de México, existen grandes brechas en productividad asociadas a los tipos de agricultura y de productores que coexisten en el medio rural.
Cerca del 81.3% de las Unidades Económicas Rurales (UER) producen para autoconsumo o se dedican a la agricultura de baja productividad con limitada vinculación al mercado.
En contraste, solo el 18.7% se ocupa en actividades de mayor productividad con potencial agroexportador (FAO-Sader, 2014), principalmente en frutas, hortalizas y flores, productos de alto valor de exportación.
Lee el artículo completo en la más reciente edición de Agro Orgánico y descárgala totalmente gratis: https://agroorganico.info/wp-content/uploads/2023/04/38_Agro_Organico.pdf
*El Ing. Javier Delgado Mendoza fue el primer director general de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND) en el actual Gobierno Federal. Dirigió también el Fideicomiso de Riesgo Compartido (Firco), el Fondo de Capitalización e Inversión del Sector Rural (Focir) y la institución nacional de seguros del campo Agroasemex.