Investigadores plantean estrategia para la recuperación de los suelos agrícolas; estiman que 75% tienen problemas de degradación por el uso de fertilizantes químicos.
Astrid Rivera
Alrededor de 150 millones de hectáreas en el país están afectadas por el uso de fertilizantes químicos, por lo que se requiere la restauración del suelo para enfrentar la demanda de alimentos que requiere la población, afirmaron especialistas.
Gerardo Noriega Altamirano profesor-investigador de la Universidad Autónoma Chapingo y Enrique Rico Arzate académico del Instituto Politécnico Nacional destacaron que durante décadas se fomentó el uso de los fertilizantes de síntesis química, lo que ocasionó que el 75% de los suelos del país tengan problemas de degradación en México.
En ese sentido, señalaron que los suelos agrícolas en el estado de Guerrero son biológicamente improductivos, incapaces de mantener altos rendimientos en los cultivos, principalmente maíz; ante ello se propone al gobierno entrante de esa entidad, un programa de reconversión agrícola de corte estatal y con aplicación regional, orientado a elevar rendimientos agrícolas, disminución en costos de producción e incrementar la calidad de los alimentos en cada parce la de la agricultura guerrerense.
Los académicos precisaron que esta propuesta está dirigida a desarrollar una agricultura sustentable en Guerrero, mediante la transferencia y la extensión de tecnologías que se han desarrollado para restaurar y conservar el suelo.
“Nuestra experiencia en este desarrollo tecnológico permite ofrecer un incremento de 20% en los rendimientos y reducir 10% los costos de producción que en promedio alcanzan los 20,800.00 pesos por hectárea en la producción de maíz”, detallaron los especialistas.
Para incrementar los niveles de productividad de los cultivos en áreas con potencial productivo, Gerardo Noriega Altamirano y Enrique Rico Arzate proponen: organización para la producción; soporte científico y tecnológico; asistencia técnica; adopción de innovaciones tecnológicas de bajo costo; capacitación a técnicos, productores y tomadores de decisiones; transferencia tecnológica y centros de desarrollo tecnológico. Además de que se fomente la adopción tecnológica y oriente la toma de decisiones por parte de los productores para transitar a la producción sustentable de alimentos en un concepto de alto rendimiento y de calidad.
Reconocieron que para transitar al desarrollo rural no es suficiente la disponibilidad de las innovaciones tecnológicas, sino que se requiere contar con la participación decidida, consciente y voluntaria de los técnicos, productores, expertos, productores e instituciones que participan en el sector rural; abordar de manera interdisciplinaria los factores de la producción; así como construir un equilibrio entre lo práctico y lo teórico, incluyendo el conocimiento campesino.