Aumentan hasta 100% su cosecha al usar fertilizantes amigables con el ambiente en lugar de agroquímicos
Michoacán, México. – Apasionadas, comprometidas, sin miedo a innovar y a producir alimentos sanos y orgánicos es el común denominador que caracteriza a varias mujeres productoras en los campos agrícolas de Michoacán.
Lejos de seguir los patrones de cultivo tradicionales ellas apuntan a la aplicación de novedosas técnicas sustentables, amables con el medio ambiente.
Una de esas historias es la que están escribiendo las originarias de Santa Fe de la Laguna, en el municipio Quiroga, quienes hoy demuestran que la edad no es un impedimento para brindar su mejor esfuerzo para producir alimentos sanos.
Las hermanas María Isabel y María del Carmen Trinidad Gaspar, visiblemente felices y orgullosas de su trabajo, resaltan las bondades del programa Agricultura Sustentable, que se puso en marcha a mediados del año pasado y ha ido ganando terreno en el campo michoacano.
El esquema consiste en sustituir el tradicional fertilizante químico por uno elaborado con productos más amables con la tierra y el medio ambiente.
“Hemos visto que con el abono orgánico nuestros suelos recuperan fertilidad, estamos muy contentas y vamos a seguir trabajando fuerte, pero queremos que nos sigan apoyando más”, dicen.
Las hermanas Trinidad Gaspar no son las únicas. En Michoacán, cerca de 60 mil mujeres son cabeza de familia y obtienen sus ingresos para el sostén de sus hogares en actividades del sector rural.
No todas, pero sí la mayoría se ha acogido al programa Agricultura Sustentable, que, como nunca, ha modificado la manera de trabajar el campo en el estado.
Con sello femenino
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroalimentario en el Estado (Sedrua) de cada 100 personas que participan en el campo, 18 son mujeres cabezas de familia, que no sólo trabajan, sino que también dan valor agregado a los productos del campo, elaboran comidas tradicionales, dulces, mermeladas, licores, productos de belleza y medicinales, entre muchos otros.
La participación de las mujeres se concentra en la producción de cultivos no tradicionales, como hierbas aromáticas, hortalizas, ornamentales y productos orgánicos. Pero también han asumido roles importantes en el sector pecuario y pesquero, además de dirigir ejidos, cooperativas y sociedades de producción rural, por citar algunos.
Con información de: La Razón