En opinión del director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, Juan Carlos Anaya, los temas laborales, las controversias en materia comercial, sustentabilidad y biotecnología agrícola serán temas coyunturales en una administración que se vislumbra más abierta al diálogo.
Por Jurjen Roerdinkholder*
En opinión de productores y empresarios, los temas laborales y ambientales establecidos en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como la controversia por la estacionalidad, serán algunos de los principales desafíos que enfrentará el sector agroalimentario con el nuevo gobierno estadounidense.
Respecto a qué esperar en materia agropecuaria del Gobierno que encabeza Joe Biden, entrevistamos al director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), Juan Carlos Anaya Castellanos.
Agro Orgánico: ¿Qué representó la administración de Donald Trump para el sector agropecuario de México?
Juan Carlos Anaya: Para México fue un gran reto porque en caso de que se acabara el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) perdíamos los dos países. Eso fue por la manera de negociar del presidente Trump, por la presión. Creo que logramos un T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) que no es mejor que el TLCAN porque vinieron nuevas posiciones, principalmente en los aspectos laborales y ambientales, que no teníamos en el TLCAN. La realidad es mejor tener el T-MEC que no tener, pero considero que el TLCAN estaba mucho mejor que el acuerdo actual con Estados Unidos.
AO: ¿Cuál es la diferencia más importante entre el TLCAN y el T-MEC?
JCA: Los temas ambientales, laborales y de estacionalidad, que afortunadamente en un primer panel ya ganó México respecto a la demanda por el tema de arándanos. (En febrero pasado, la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos votó en el sentido de que las importaciones de arándanos azules, incluyendo las provenientes de México, no representan daño grave o amenaza de daño grave para su industria).
AO: Donald Trump llamó al TLCAN «el peor acuerdo económico de la historia de Estados Unidos». ¿Está de acuerdo con esta conclusión?
JCA: No, yo creo que es una equivocación. El TLCAN fue un gran acuerdo para América del norte y más entre Estados Unidos y México. Porque cuando firmamos, en 1994, se pensaba que en el tema agropecuario era un acuerdo muy malo para el campo mexicano y la realidad es que resultó muy benéfico. Ha permitido que México pueda mandar productos a Estados Unidos que no pueden tener todo el año y nosotros traemos materias primas; yo creo que es un ganar – ganar. Decir si es bueno o malo es más político que comercial. Creo que nos ha convenido y hoy lo vemos desde el punto de vista económico ambas naciones.
AO: ¿De que manera la nueva administración de Joe Biden representa un cambio en relación con la de Trump, para el sector agrícola en México?
JCA: La administración del presidente Biden todavía no se ve. Hay que ver que sucede conforme avance, pero se ve un gobierno más equilibrado, más razonable donde puede haber una mayor comunicación. El que el gobierno de Estados Unidos hable sobre dirimir controversias en la Organización Mundial del Comercio (OMC) es algo muy bueno.
Otro aspecto importante entre ambos gobiernos será el cambio climático y la sustentabilidad, en el que hay muchas diferencias, como lo vemos con la ley energética que el gobierno de México busca implementar.
También, los Demócratas han pedido muy fuertemente que México cumpla con los derechos laborales y que no haya trabajo infantil. Creo que México debe ser muy cuidadoso en cuanto a que no haya alguna controversia en este aspecto que se pueda ver castigada con aranceles. Pero veo que el Gobierno de Biden es mucho más negociador, es posible platicar más con éste que con el anterior.
AO: ¿Qué opina de las circunstancias en las que laboran muchos trabajadores temporales mexicanos en EEUU?
JCA: La mano de obra mexicana que labora allá, a veces indocumentados, son una fuerza de trabajo muy importante para el sector agropecuario de Estados Unidos. Cuando hubo negociaciones con Trump en el tema migratorio y fronterizo, él frenó la mano de obra de México y muchos productores de EEUU comenzaron a quejarse por la falta de trabajadores agrícolas.
Por eso, repito, es muy importante que los dos países demos prioridad a los temas comerciales antes que a los políticos. Tenemos una frontera que no se va a mover, de más de tres mil kilómetros. Tenemos que ser complementarios y México debe mejorar las condiciones laborales de los trabajadores agrícolas aquí y cuidar que los compatriotas que van a trabajar “del otro lado” sean tratados de una forma digna.
AO: ¿Qué opina del nuevo secretario de Agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsack?
JCA: Tom Vilsack ya tuvo este cargo con el presidente Obama. Fue líder de los (productores) lecheros y regresa otra vez como secretario de Agricultura. Conoce bien nuestro país y esto permite un intercambio de comunicación mucho más accesible, pero también traemos temas delicados como el decreto que el gobierno mexicano promulgó el 31 de diciembre pasado (respecto a la prohibición de cultivos transgénicos y glifosato) que afecta y puede poner en riesgo muchos temas de biotecnología, principalmente porque el producto que más compra México a EEUU es maíz amarillo. Hemos observado que este tema preocupa mucho al secretario Vilsack, por lo cual ya tuvo una conferencia con su homólogo, Víctor Villalobos, sobre ese tema.
AO: En esa reunión virtual, el Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de México, Víctor Villalobos y Tom Vilsack acordaron elevar la productividad con prácticas sustentables y alcanzar la autosuficiencia en la región. ¿Qué opina de esta promesa?
JCA: Creo que está bien si se lleva a la práctica, porque mucho de lo que México necesita es biotecnología sustentable que aumente la productividad. México es un gran importador de granos y oleaginosas, solamente producimos un 54 por ciento de lo que consumimos, no somos fuertes en tema de granos.
Creo que lo ofrece el secretario Vilsack respecto a apoyar en temas de biotecnología es importante siempre y cuando aquí cambiemos la forma de pensar, tan dogmática. Que entendamos que la ciencia está fundamentada y que no se prohíba algo por ocurrencias, sino que se haga conciencia. Los agricultores mexicanos requieren aumentar sus rendimientos usando materiales que permitan a nuestros productores ser mucho más productivos y rentables.
AO: El secretario Villalobos sostuvo que los conocimientos científicos y tecnológicos son esenciales para avanzar y enfrentar de manera adecuada los efectos de los fenómenos climáticos con prácticas sustentables y el cuidado de los recursos naturales con el objetivo de lograr una mejor producción y garantizar la seguridad alimentaria. ¿Cómo responde usted a esto?
JCA: Opino que es un contrasentido, con una ley de energía que va en dirección opuesta al tema ambiental y sustentable, ¿no? Nos falta consistencia de que lo queremos como país.
AO: ¿Cómo deberían actuar en este sentido ambos gobiernos?
JCA: Creo que debemos ser consistentes y que las cosas que se establezcan estén fundamentadas en ciencia y tecnología, para que no haya cambios de las reglas del juego y que se permita a los sectores en México tener confiabilidad, que sepan que va a suceder.
Otro tema muy importante en el que hay presión de Estados Unidos es el COOL (Country of Origin Labeling) que ya se abordó antes con el secretario Vilsack. México ganó en el panel de la OMC, pero sigue habiendo presiones por parte de algunos sectores ganaderos de Estados Unidos de que vuelva el COOL.
Pero, volvemos al mismo tema. México es complementario: nosotros les enviamos ganado en pie, ganado con buena genética, con buena sanidad y Estados Unidos nos exporta carne. Por esta razón, retomar el tema del COOL no favorecería el sector ganadero en ninguno de los dos países.
*Periodista especializado en política internacional: jurjenroer@gmail.com