Alonso Ulloa Leitón, ingeniero por el Tecnológico de Costa Rica, elaboró un fertilizante foliar a base de las espinas de la tuna

México. – Darle un buen manejo a las glóquidas (espinas) de la tuna se ha convertido en un gran reto para los productores del municipio de Nopaltepec, México. Este material queda como residuo después de la limpieza del fruto, es altamente resistente a la degradación natural y representa un riesgo para la salud humana.

A partir de esta problemática, Alonso Ulloa Leitón, egresado de la carrera de Ingeniería Forestal del Tecnológico de Costa Rica (TEC), encontró el método para elaborar un fertilizante foliar (orgánico) a base de las glóquidas de la tuna, de tal manera que las reintegra al sistema, pero como un insumo para la producción dela misma fruta.

Este es el resultado de su proyecto de tesis de maestría en Ciencias en Agroforestería para el Desarrollo Sostenible de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) en Texcoco, México.

Ulloa, quien actualmente reside en Monterrey, Nuevo León, expresó que esta idea nació a partir del contexto en el que los productores de este fruto son afectados durante el período de cosecha y limpieza, ya que las glóquidas se vuelan fácilmente con el viento y pueden incrustarse en la piel o en los ojos.

La investigación de Ulloa consistió en el estudio de la morfología de las glóquidas de la tuna para conocer su estructura interna y composición química. También determinó la cantidad de glóquidas producidas de acuerdo con el rendimiento productivo. Esto permitió estimar su impacto a nivel regional y tener una dimensión del problema.

Posterior a ello, el egresado del TEC hidrolizó (reacción química) el material para extraer sus nutrientes y así obtener un fertilizante foliar para utilizarlo en las mismas plantaciones. Esto contribuye a disminuir su impacto ambiental y el uso indiscriminado de agroquímicos, lo que redunda en un beneficio económico para los productores.

Cabe destacar que el fertilizante obtenido es a partir de la hidrólisis resultante en la fase de laboratorio y ese extracto fue probado por un productor de rosas para determinar la respuesta de la planta (calidad de rosa).

Según Ulloa, con este fertilizante también se pretende que disminuya el uso indiscriminado de agroquímicos, ya que muchos productores no saben la dosis que tienen que emplear. Esto genera daños, tanto ambientales como económicos, en la producción de la tuna.

Con información de: Tec de Costa Rica

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