Los insectos están revolucionando la forma de entender la ganadería y la alimentación en el mundo y se abren paso en una cadena agroalimentaria que cada vez los tiene más en cuenta

Madrid. – Los insectos están revolucionando la forma de entender la ganadería y la alimentación en el mundo y se abren paso en una cadena agroalimentaria que hasta ahora no les tenía muy en cuenta en países como España donde la cultura no permitía verlos como una materia prima con muchas potencialidades.

Esos pasos son cortos pero seguros y parece que sin marcha atrás si se atiende a los casos de emprendimiento que están surgiendo en los últimos años en España, ávidos de sacar rendimiento a una especie que quedaba fuera de esa cadena alimentaria en los países europeos, tan alejados de otras culturas gastronómicas que sí los integran.

Unos de los primeros emprendedores en darse cuenta de su potencial fueron los jóvenes valencianos Gabriel Vicedo y Alberto Mas que crearon la compañía “Insectfit” en 2017 para lanzar barritas energéticas a base de harina de grillo.

Tuvieron buena acogida, según cuenta Vicedo a Efeagro, y por lo tanto decidieron seguir con el producto aunque mejorado y lanzaron “Trillions” en marzo pasado, que potencia aun más la presencia de harina de grillo y sin ingredientes químicos.

Han hecho un primer lanzamiento de 20.000 unidades, tanto de barritas como de bolitas, y sus clientes están “muy contentos” con esta mejora. Por el momento, venden en España y Reino Unido y abrirán próximamente negocio en Francia e Italia; todo ello a través del canal online aunque ya adelanta que tienen pensado aterrizar en el retail.

El público objetivo está bastante definido: principalmente deportistas preocupados por la salud y el medio ambiente ya que lo vieron un target idóneo para introducirse en el mercado. Hay barritas de chocolate y naranja o de arándanos; y las bolas, de frambuesa o de chocolate y menta, con precios que rondan los 2 euros la unidad.

La materia prima, es decir la harina de grillo, la importan de Tailandia y suelen hacer pedidos de unos 300 kilos, el último de ellos hace algo más de dos meses.

Además, empiezan a tener el feedback sobre los gustos de sus clientes: ya saben, por ejemplo, que son las de chocolate con naranja las preferidas y avisa de que “no se nota” que tengan un sabor a grillo.

Con información de: Efeagro

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